martes, 21 de mayo de 2013

Desde la ventana

Te veo y no te veo.
Pero te siento.
En mis ojos cerrados se refleja toda la luz necesaria para ver con claridad.
Los sentidos impulsaron a que quiera alcanzarte.
Te conocen.
Saben como se siente.
Quieren llevarme.
Acompañarme.
Mostrarme el camino invisible.

Ahora lo veo.
Estoy partida.
Dividida en dos.
Dividida entre lo que soy y lo que no.
Entre lo real y lo que imagino.
Ahora se me confunde todo.
Lo real parte de lo que imagino.
Y lo que imagino, también sigue siendo real.
Mas allá del juego de palabras, la confusión no me detiene.
Me bate e impulsa a querer saltar.
Saltar al vació del saber.
Al correr por sentir.
Sentir y honrar la luz que hoy nos deja ver
y nos da el don de alegrar los corazones
que viven para iluminar.

Ahora entiendo lo que pienso.
Ahora tengo algunas respuestas.

Lo que imaginaba,
no fue lo que viví,
sino que lo que descubrí fue lo que me hizo sentir.

Sigo caminando mas tranquila.
Estoy prestando atención a muchas cosas.
Vuelo y observo.

Como buscarte.
Conocerte
Sentirte
 Amarte y encontrarme.

Ahora,
en equilibrio,
la sonrisa se lleva la balanza y el amor se convierte en aire.
En nada.
En nada y en todo.
En el ascenso empinado.

Ahora te veo y te siento.

Acá.
Así.
Como la mismisima contradicción de haberte encontrado conmigo en las alturas mas lejanas.

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