viernes, 12 de julio de 2013

Sendero de lunas amarillas

Y pensar que es fácil llegar a la noche cuando no estamos cerca.

Aun así, mis pasos siguen perplejos sin marcha alguna.
No hay camino distinto al que alguna vez marcamos.

Todas mis noches con tu luz se iluminan y hasta el ocaso no hay rastro alguno.

No puedo verme dentro de mi propia silueta.
Sera que así es como siempre nos hemos soñado.

Clara mezcla de sensaciones perfumadas hechas viento tibio de tiernas tempestades.

No hay vuelta alguna que remonte idea de una realidad paralela.
No hay manchas grabadas en el claro terreno que se asoma cada mañana.

Aquí es donde se firma el trato de partir y hundirnos en viaje hasta el próximo encuentro.

La luna se hace sol y en su canto grito por la verdadera libertad que nos abriga en el frío invierno de nuestro eterno amor de verano.




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